miércoles, 1 de enero de 2014

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No estaba en mis planes escribir un post el primer día del año ni mucho menos, hablar una vez más de lo mismo, de los buenos propósitos pero como estoy "de subidón", lo voy a hacer, porque sí, porque uno de mis inevitables propósitos es ese, hacer en cada momento lo que me apetece, porque sí, porque paso del que dirán o qué pareceré, me da igual, ya está bien, voy a salir de este armario de la vergüenza que día tras día, segundo a segundo me hace medir mis pasos, mis impulsos o mis palabras.
Igual todo sea parte de este subidón que tengo hoy y mañana quiera borrar este post y cada una de sus palabras pero el día de hoy me pide esto y es lo que estoy haciendo, así, sin borrador previo...

Allá vamos con el poco original listado de propósitos, algunos excesivamente absurdos pero que al fin y al cabo, son mis propósitos:

- Echarme crema hidratante en el cuerpo cada día al salir de la ducha.
- Comer sano: vencer la batalla a mi adicción a la coca-cola, el chocolate y las patatas, triskys, doritos, fritos, cheetos... y todo lo que viene en bolsas ruidosas en general.
- Fotografiar más: a mis hijos, los paisajes tan increíbles que hay donde vivimos, los instantes de mi vida. Tengo que perder la vergüenza y la pereza a sacar la cámara porque el tiempo pasa y las fotografias son de los pocos recuerdos que permanecen para siempre.
- Ser menos perezosa: me siento como un oso que sólo quiere estar en su guarida calentito con los suyos mientras fuera, pasa la vida.
- Ir al cine: antes de tener hijos, íbamos todos los domingos y me da pena que ya no sea así, es uno de los pocos vicios que tengo y sé que es caro, pero supongo que un gin tonic o una cajetilla de tabaco, lo es más.
- Ir a más conciertos: me encantaría que los organizadores tuviesen en cuenta a los que trabajamos, o más bien, nos levantamos a las 5:15 cuando deciden que los grupos toquen de lunes a jueves, pero como creo que esto se me escapa de las manos y no son tantos a los que me gustaría ir y no voy por este motivo, una vez más tengo que vencer la pereza y tener en cuenta que cuando voy, siempre me acabo alegrando del esfuerzo que supone. 
(en este sentido empiezo bien el año y ya tenemos las entradas para Redd Kross en Bilbao)
- Pasear, pasear y pasear: odio el deporte pero me encanta pasear así que haga frío o calor, lo tengo que hacer.
- Actualizar más este blog que al fin y al cabo es mi diario y si miro hacia atrás, es imposible que desde junio, no me haya pasado nada.
- Quedar con la gente en la que pienso a menudo pero no veo casi nunca.
- Acabar todas las tareas que tengo a medias y empezar las que están en mente.
- Cambiar el salón de casa aunque esto es difícil... mucha culpa la tiene Pinterest, por no decir toda. Empezaremos por comprar sofás nuevos y después, ya veremos...

De momento, esto es lo que ahora mismo está en mi mente. Pasarán los minutos y surgirán mil cosas más pero bueno, ya las apuntaré en mi listado a boli.

 (foto tomada hoy en Taberna Yamaoka, donde dejan escribir en las paredes)

Sed felices

Os dejo con la canción que más veces me ha acompañado durante el 2013: City Girl (SMILE)

lunes, 17 de junio de 2013

Junio

Y aquí seguimos, disfrutando de nuestros paseos al atardecer...


Teníamos ansia de sol, de campo, de salir...


Saltar, ensuciarnos, mojarnos los pies...


 Lo que se puede denominar felicidad,  la tenemos, aquí y ahora...


Bienvenido junio, te estábamos esperando.

domingo, 12 de mayo de 2013

Country House

Tenemos la suerte de vivir en el campo. La suerte de llegar de trabajar y en vez de ir a pasear por asfalto, pasear pisando auténticas alfombras de flores.
Así son nuestras tardes de primavera, así es nuestra vida en el campo. 
Felices.

 

miércoles, 1 de mayo de 2013

Flower Potluck Kinfolk

Como siga esperando a que llegue la primavera, más que esperar, desesperaré. Tengo ganas de sol, de paseos por el campo, de flores...


 La mejor manera de curar esta melancolía era hacer algo que me acercara a ella así que una mezcla de domingo, Kinfolk, gente nueva, comida suculenta y flores fueron el detonante para ir al segundo evento Kinfolk organizado en Madrid, el Flower Potluck .


Las organizadoras: Butter & Fly
La profesora: Elisabeth Blumen
La fotógrafa: Mónica Bedmar
La localización: Do Design


¿Quién se podía resistir?..... Pues sinceramente, los que estaban corriendo la Maratón de Madrid.


lunes, 4 de febrero de 2013

Una Simple Aficción Más

 
Mamá, te digo una cosa si no me regañas” – mientras lo decía tenía doblado mi brazo izquierdo con la mano hacia arriba y un reguero de sangre corría desde mi dedo corazón hasta mi codo a la vez que se iba formando un charco rojo en el suelo….
Así era yo, así de desobediente, de arriesgada y de inocente… Tenía 6 o 7 años, no recuerdo bien…
  • Desobediente porque hacía escasos diez minutos mi madre al verme sostener con una mano los cables del teléfono y con otra las tijeras de punta afilada, me había dicho: “deja esas tijeras que te vas a cortar”
  • Arriesgada porque pese a intentar cortar los cables de cobre del teléfono recubiertos con pvc de colores una y otra vez, no desistí en el intento y la fuerza hizo que cortase algo más que cables
  • Inocente por creer que mi madre no me iba a regañar…
¿Y por qué os cuento esto?
Porque probablemente fue esta la primera vez que decidí dedicarme a hacer accesorios… concretamente pulseras.
 
 
Yo era una niña bastante barroca, cuando veo fotos de pequeña, mi hermana siempre aparece tan minimalista como mi madre nos ponía (siempre íbamos vestidas iguales) y yo por el contrario, siempre aderezaba mi look con unos zapatos de sevillana rojos con lunares blancos, unas cuantas pulseras de colores, algún que otro collar, diademas espantosas, bolsos y todo lo que pillase por casa. Más que mi hermana y yo parecíamos mi hermana y un árbol de Navidad, sólo me faltaban las luces…
Afortunadamente de todo esto sólo quedan mi gusto por los accesorios PERO cuanto más discretos y minimalistas, mejor y el hacérmelos yo misma.
La verdad es que nunca he dejado de hacer cosas, lo que pasa es que hay periodos en que la producción sale como churros y otros por el contrario en que por lo que sea, nada de lo que hacemos nos convence (supongo que los estados de ánimo tienen mucho que ver en todo esto también).
 
 
 
Hace no mucho, hice unos kits para unas amigas… La idea es que todo fuese hand made y que hubiese un poco de variedad así que entre las diferentes cosas que introduje en el kit (otro día os hablaré de las otras cosas que había), decidí incluir un accesorio para cada una de ellas.
No las conocía mucho así que arriesgué y concretamente a Ana, la hice un collar muy simple pero que precisamente por su simplicidad, era bonito.
 
 
Parece que la gustó, digo parece porque se lo suele poner bastante y he de decir que queda genial así que para el pop-up de The Therapy decidí hacer algunos más del mismo estilo y otros un poco diferentes. También hice pulseras… y no de cables de teléfono precisamente…
 
 
Son sencillos, lo sé, algunos extremadamente sencillos pero creo que por eso, es precisamente por lo que me gustan tanto.
 
 
Supongo que nunca seré una Helena Rohner, entre otras cosas porque no pretendo serlo pero la satisfacción que produce que alguien a algo que llevas puesto te diga “qué bonito!” y poder decir “me lo he hecho yo!”, te hace sentirte un poco joyera…

miércoles, 2 de enero de 2013

La Terapia

No sé cómo será el 2013 pero yo sólo por ser impar, lo auguro bueno. Para empezar diré que el 2012 acabó bien y sinceramente, creo que lo merecíamos que ya estaba uno harto de penurias y crisis. Así que como el 2012 acabó bien, el 2013 empezó bien también, muy mal se tiene que dar el día 31 para que uno acabe bien y otro empiece mal pero nunca se sabe...

Con la inquietud y las ganas de meterme en "fregaos" que me caracteriza, me propusieron participar en un pop up store (juego de palabras que no habíamos oído en nuestra puñetera vida y que estas Navidades he oído más que un Feliz Navidad) y allí estaba yo con las cuatro cosas que sé hacer y algo de stock de la que un día fue la tienda más mágica del mundo.

Junto a Ana, Elena y Marina, desbarajustamos en un momento el salón de la casa de las dos primeras y montamos un chiringuito precioso.

 

Otra de mis cualidades es no dar bombo a lo que yo misma hago (propósito a mejorar el 2013) así que reconozco que no lo conté con antelación y por eso mucha gente no lo supo y no pudo venir pero no os preocupéis que para el próximo, porque habrá, lo aseguro, aviso con muuuucho tiempo.

 

Las fotos no son buenas ya que entre tanto trasto se me olvidó llevarme la cámara y son hechas con el móvil pero bueno, algo se aprecia.

Como siempre, la encargada de la "cocina" fue Ana que arrasó con sus cremas de chocolate, lemon curds, turrones, cookies y bizcochos.

 


Esta vez también junto a Elena se atrevió con las velas aromáticas, los increíbles centros de flores y los tocados.

 

Elena se curró unas carteras preciosas que pasaron de ser sencillas a dar demasiado trabajo pero ahí radica el mérito de las mismas al igual que de la exclusiva camiseta que hizo para la ocasión.

 

Marina colaboró con cuellos, cintas para el pelo y corbatas de lana, tocados, carteras y cojines.

 

Y una servidora con sus manos hizo diademas, collares, pulseras, anillos, gorros, colgadores de patchwork y aportó el stock de lo que no fue artesanalmente hecho.

 

Y esto fue lo que dio de sí lo que siempre ha sido un mercadillo y ahora es un pop up store...

 


sábado, 1 de diciembre de 2012

Con Faldas y a lo Kinfolk

En mi familia siempre ha habido dos vertientes, los que me denominaban “cabra loca” y los que lo hacían como “oveja negra”.
Tanto para unos como para otros, el resumen es que yo era la rara de la familia, la diferente. Aún recuerdo el día en que les dije a mis padres que lo quería dejar todo e ingresar en una escuela de teatro, el mismo momento en que mis padres se echaron las manos a la cabeza y dijeron “esta se nos va”.
El caso es que yo creo que siempre me han visto como alguien que no se toma la vida en serio, que vive cada momento sin pensar en mañana, que se ríe de la vida. No sé si será así o no, el caso es que últimamente me ha dado por hacer balance de mi vida y me doy cuenta de que me gusta vivirla así, alocadamente.
Cuando era pequeña y hasta no hace mucho (secreto confesable), en mi cabeza existía “mi familia imaginaria”. En esa familia nunca había problemas, ni se discutía, ni existían las crisis ni había cabida para la negatividad. Viajábamos sin problema, comíamos en sitios geniales, teníamos una pick-up y recorríamos el mundo sentados en el borde de la parte trasera con la melena al viento.
Sé que puedo parecer Antoñita la Fantástica pero la imaginación es eso: imaginación, sueño y deseo.
Si hay algo de los niños que me gusta es eso precisamente, el poder de su imaginación y de transportarse a donde quieren, cómo quieren y con quién quieren en cuestión de segundos. La vida dentro de su cabeza.

Yo sé que no soy la madre perfecta, es más, a veces pienso que no soy buena madre pero creo que soy la madre que a muchos niños les gustaría tener (excepto cuando regaño, que soy la madre que ningún niño quiere tener), una madre con un punto alocado y divertido, que tan pronto es payaso como bailarina, una madre que cuenta el cuento como si todos estuviésemos en ese país, una madre que un día deseó ser Pipi Langstrum y vivir su vida.
Si preguntases a mis amigos si bailo, todos coincidirían en decirte que no, excepto cuando suena algún temazo en el que si no se te van los pies es porque estás muerto. Pero sin embargo, si preguntas a Hugo si mami baila te dirá que sí, y si te dice que no es porque se avergüence del espectáculo que podemos montar en el salón cualquier sábado después de desayunar, dándolo todo… Ahí es él, Hugo, el que dice… “mamá… paaaaaara”. 

Pues eso es sólo un ejemplo, de ese puntito de locura que tiene cabida en mí y que espero y deseo que nunca me abandone. Me encantaría ser una abuelita divertida rodeada de nietos con la boca abierta escuchando mis aventuras.
 
¿Y a qué viene todo este discurso sobre mi vida y mi locura?
Pues al motivo de estas fotos tan “kinfoleskas” que a muchos les parecerán absurdas pero a mí no. Al punto divertido de coger un día y decir “nos plantamos unos vestidos románticos y nos hacemos unas fotos en el jardín con los perros”, porque nos apetece, porque si lo hacemos, lo hacemos ahora, no dentro de meses o años, porque los momentos hay que vivirlos y hacer lo que nos apetece, sin pensar en lo que los demás puedan pensar, sólo pensando en la satisfacción personal de hacer lo que nos apetece en cada instante de nuestra vida.
Y eso, fue lo que hicimos.



martes, 27 de noviembre de 2012

Mesa para Seis

Una reunión de amigos con los que hace tiempo que no tienes ocasión de compartir la tranquilidad de estar sentados alrededor de una mesa, charlando, disfrutando de una buena copa de vino (para los que les gusta el vino) y saboreando una exquisita comida, que yo no lo diría si hubiese sido la artífice de la misma pero me puedo permitir el lujo de decirlo porque una vez más, no fui yo si no Ana la que nos deleitó.



El placer de comer junto al placer de charlar de temas en común, de futuros proyectos, de recuerdos antiguos...


 Las risas contagiosas, las anécdotas, el paso del tiempo...


La misma pregunta de siempre: "¿por qué dejamos pasar tanto tiempo?"


Y sin casi darnos cuenta, una despedia a las cuatro de la mañana sabiendo que nos volveremos a ver, probablemente más tarde de lo que nos gustaría pero volveremos a disfrutar y a reir y a hablar de las mismas tonterías, esas que nos mantienen unidos, esas que nos hacen saber que somos amigos.